Tras el fallecimiento del Padre Pablo Espinoza hay consternación, tristeza, y dolor en el pueblo Católico de la Diócesis de Matagalpa, también confianza y certeza en el Señor de la vida, que el Padre Pablo no se va para siempre solamente se adelanta al estado de la perfección, a la eternidad.
Sus hermanos en el Sacerdocio le recuerdan por su humildad, como el sacerdote que daba todo por su gente: “Como legado podemos recordar al Padre Pablo como ese sacerdote amigo, cercano, un sacerdote que no escatimaba esfuerzo para estar con su gente”, manifestó el Padre Erick Mauricio Díaz, párroco de San José Obrero El Tuma.
“Hemos recibido con mucha tristeza la noticia de la partida de nuestro buen amigo y hermano en el sacerdocio, le hemos acompañado desde el primer momento que nos dimos cuenta que estaba delicado de salud, desde la oración, desde la cercanía con los hermanos de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima de Rancho Grande, y también de los feligreses, es una pérdida irreparable para nuestra Diócesis y para la zona pastoral 5 de la Diócesis de Matagalpa a la cual pertenece dicha parroquia”, dijo.
Por su parte el Padre Juan Francisco Zeledón manifestó su tristeza al perder un sacerdote ordenado para la iglesia en nuestra Diócesis y lo describe como: “Un sacerdote jovial, cercano en su trabajo pastoral, querendón con la gente, con sus fieles… Agradecer a su mamá por donar un hijo para la iglesia y que hoy como iglesia lo sentimos y lo despedimos a la casa del Padre”, subrayó.
“Nos toca cuidarnos mucho ante la realidad que vivimos en el mundo y le pedimos al Señor que pronto podamos tener un alivio, un descanso, con el fin de esta pandemia que ha dejado dolor, luto, sobre todo en nuestras familias”, expresó el sacerdote.
Labor humanitaria y cercana con el pueblo que sufre:
El Padre Erick también recordó la labor que realizó el Padre Pablo en pro de las personas afectadas tras el deslave en el Macizo de Peñas Blancas el 17 de Noviembre 2020, “fue uno de los sacerdotes que estuvo pendientes de las víctimas, llevando víveres, ayuda humanitaria y después continuó llevando asistencia a la personas, él era así, lo daba todo por los más necesitados”.
También se recuerda cuando el sacerdote el 3 de octubre del 2015, junto a Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, encabezaron la marcha a favor de la vida y en contra de la minería que pretendía explotar las tierras vírgenes de esas montañas.
“En esta fecha especial día de la Virgen del Carmen, Patrona de las benditas ánimas del purgatorio, elevamos nuestras oraciones por su eterno descanso, que sea la Virgen María, Madre de los sacerdotes quien lo lleve de la mano hasta los pies de Cristo, y a quienes le conocimos nos queda su alegría, su entusiasmo, ejemplo de buen pastor, pasión por el anuncio del Evangelio del reino de Dios a tiempo y a destiempo. Descanse en paz” finalizaron los sacerdotes.
El Padre Pablito, como cariñosamente le decían los fieles y sacerdotes, durante sus 28 años de Ministerio y desde su Ordenación en el año 1993 de manos de Monseñor y ahora Cardenal Leopoldo Brenes, misionó por diferentes Parroquias de la Diócesis de Matagalpa; en la parroquia San José Terrabona, en la Parroquia San Juan Bautista Muy Muy, y actualmente durante 9 años estuvo a cargo de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en Rancho Grande.
Las honras fúnebres del Padre Pablito Espinoza se realizaron de manera inmediata la mañana del viernes 16 de julio 2021, en la comunidad “Las Mangas”, parroquia San Isidro, de donde era originario, la comunidad que lo vio crecer y donde descubrió su vocación.
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Sobre el féretro fue colocada la casulla, la vestidura exterior que utiliza el sacerdote para la celebración de la santa Misa, seguidamente fue ubicado en la cripta donde reposan sus restos. Descanse en la paz del Señor.
Novenario por su eterno descanso en toda la Diócesis:
En una emotiva carta publicada la noche del viernes 16 de julio, por Monseñor Rolando Alvarez, el Obispo pide a los sacerdotes realizar en toda la Diócesis un novenario por el eterno descanso del padre Espinoza.
Asimismo, lo recuerda como el sacerdote amigo, alegre, generoso. “Lo pensamos como el sacerdote hermano. Lo pensamos como el sacerdote enamorado de Dios y de la Madre Santísima”.
Descanse en Paz.
Redacción: Enma Xiomara Martínez Díaz.
Con colaboración periodística de Aurora Leyton Morales y Manuel Antonio Obando Cortedano.