Sin vigilia y sin fieles, la parroquia San Ramón, ubicada en el municipio del mismo nombre, celebró a su patrono el lunes 31 de agosto, con la Santa Misa solemne presidida por Monseñor Isidoro Mora, párroco, que fue transmitida por Diócesis Media Radio Hermanos y Diócesis TV Merced.
Mientras se celebraba la Misa muchos de los fieles sacaron a las aceras equipos de sonido donde se escuchaba la liturgia, asimismo en las puertas de las casas colocaron banderas de la Iglesia.
En la homilía el también vicario general de la Diócesis de Matagalpa, expresó su alegría por poder celebrar la santa Eucaristía, pero con mucha nostalgia por la ausencia de Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, quien tiene un enorme cariño a esta parroquia, “Dios le bendiga Monseñor, cuente siempre con nuestras oraciones, gratitud y cariño. Estoy convencido que hoy más que nunca se acordó de nosotros, Dios primero el próximo año podamos tenerlo con nosotros”, indicó.
Monseñor Isidoro también dio gracias al Señor por tantos laicos comprometidos a lo largo de la historia de la parroquia, quienes han dado lo mejor de sí por el anuncio del Evangelio, “teniendo presente la persona santificada y entregada de nuestro patrono que es modelo de entrega, de amor y sacrificio por el Reino de Dios”.
También agradeció por estar con el pueblo de San Ramón, por formar parte de esos hombres que han sido elegidos “para venir hasta aquí para acompañarles en la fe en Cristo Jesús. Conocemos que desde 1627 se ha anunciado el Evangelio en estas tierras por medio de los Mercedarios que llegaron hasta aquí a anunciar la Palabra de Dios a esta gente sencilla. Bien sabemos que la misión de estos primeros misioneros no fue fácil, en donde ellos tenían que defender las injusticias que se les hacía a los indígenas por parte de los conquistadores. Si antes era difícil, hoy son más los problemas, ahora se habla de la pandemia social y de la pandemia del nuevo COVID-19”.
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También recalcó lo que dice el Evangelio de San Mateo, en donde Jesús les dice a sus discípulos, “miren que los envío como ovejas en medio de lobos, sean pues precavidos y esa es la parte que muchos no quieren entender, porque viven alejados del Evangelio, hablar de la palabra de Dios implica un cambio de vida de parte de los que la anuncian como también de aquellos que la escuchan, muchos ponen oídos sordos a la voz de Dios, prefieren hacer otras cosas que antes tener ese encuentro vivo con el Señor”, expresó.
Finalmente dijo sentirse muy alegre al poder celebrar esta fiesta, “aunque son muchas las dificultades que vivimos ahorita, pero esto será parte de la historia. Sigamos orando para que Dios nos renueve siempre y que nuestro amor por la Iglesia nos consolide en el amor a Dios y a nuestro hermanos”.
Por: Omar Zeledón.
Parroquia San Ramón.