Paz no de los sepulcros. Monseñor Rolando Alvarez en Ruta de la Misericordia 2022

“La paz no de los sepulcros. No es tampoco la solo ausencia de guerra. Sino la verdadera paz. La de los vivos, la de los hombres y mujeres libres”, dijo Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, en su homilía el ll domingo de pascua, 24 de abril 2022, en la parroquia Divina Misericordia en Sébaco, al concluir la “Ruta de la Divina Misericordia”, que nuevamente se hizo luego de dos años de estar suspendida por la pandemia del COVID-19.

Los miles de peregrinos ofrecieron el recorrido  por la paz y la justicia en Nicaragua, Ucrania, Rusia y el mundo entero, iniciando con la santa Misa en la Iglesia Catedral San Pedro a las 7:00 de la mañana, seguidamente se hizo la caravana hacia la parroquia Santa Faustina Kowalska en Solingalpa donde se rezó la coronilla a la Divina Misericordia, para continuar la caravana hacia la parroquia San Juan Pablo ll en Chagüitillo y hacer la consagración a la Misericordia, y peregrinar hacia la parroquia de Sébaco donde fu  la Santa Misa solemne de clausura.

Paz para Nicaragua:

“La paz no de los sepulcros. No es tampoco la solo ausencia de guerra. Sino la verdadera paz. La de los vivos, la de los hombres y mujeres libres. La Paz fruto de la justicia y la libertad. La Paz donde impere la ley al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la ley. Una ley ética, moral que no sea manipulada ni manoseada por nadie. Una ley humana y humanista”.

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“La Paz de la institucionalidad del país. La Paz incluyente. La Paz de la no exclusión. La Paz donde todos nos sintamos respetados. La Paz donde todos puedan expresarse libremente sin miedos ni traumas. La Paz donde nos miremos como una familia. Una familia nicaragüense sin ideas preconcebidas, prefabricadas o extrañas a nuestra idiosincrasia, ideas que nazcan, más bien, de nuestra propia identidad, de nuestra propia nicaraguaneidad”.

“Donde desde nuestras limitaciones, todos seamos servidores unos de otros, donde con esfuerzo todos podamos salir de la pobreza, desde nuestros recursos humanos, nuestras inteligencias, nuestros recursos naturales. En definitiva, una paz nicaragüense donde nos encontremos mirándonos a los ojos sin tenernos miedo, sin humillarnos y comunicándonos lo más serio de nuestras vidas, de nuestra existencia”.

Redacción y fotografías: Manuel Antonio Obando Cortedano.

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