En la Parroquia Santa Lucía en Ciudad Darío, en el VI Domingo del Tiempo Ordinario, el Presbítero Vicente Martínez reflexionó el pasaje del evangelio de San Lucas, centrado en las bienaventuranzas en el cuál llamó a los fieles diciéndoles que busquen el reino de los cielos porque la mayor dicha del ser humano está en la tierra prometida.
El padre Martínez reflejó que en la liturgia, el Señor invita a su iglesia a trabajar por su propia salvación y retomando la antífona del salmo: “Dichoso el hombre que confía en el Señor”, el Padre constató que en la actualidad muchos pensamos que la persona feliz, la persona dichosa, es la que tiene riqueza, la que está llena de bienes materiales, pero esto no es así, porque para el autor sagrado la verdadera felicidad consiste en confiar en el Señor; haciéndonos oídos sordos a los criterios mundanos.
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Dichosos los pobres:
«En Nicaragua los pobres son dichosos, aunque ahora los pobres sufren, los pobres lloran, no tienen trabajo, les toca emigrar, les toca salir de su patria, pero en medio de este sufrimiento nos confortan las palabras de Jesús, de los marginados, los excluidos es el reino de Dios, los que ahora pasan hambre, los que ahora sufren, el Padre los consolará”, enfatizó el Padre Vicente.
Por consiguiente, aseguró que en la realidad resuenan las palabras de Jesús: “Dichosos serán ustedes cuándo los hombres los aborrezcan, es decir hermanos que cuándo nos levanten un falso testimonio, cuándo hablen mal de nosotros, el Señor nos dice alégrense más aún, cuándo sea por la causa del hijo del hombre. En la vida no hay que preocuparse del que dirán de nosotros, preocupemos por lo que piensa el Señor.»
El Señor ayude a soportar los insultos:
«Que el Señor en este domingo nos ayude a soportar los insultos, las difamaciones, las habladurías en contra de nosotros, no aguantemos por cobardes aguantemos por amor a Dios, porque recuerden que el Señor nos dice, que lo que pasamos en esta vida, lo que sufrimos aquí, no es nada comparado con lo que se nos espera en el cielo, el Señor nos dé fuerza para soportar cualquier tentación, cualquier insulto por amor a Dios», concluyó la el Padre Vicente.
Redacción: Zenelia Cordero Martínez
Diócesis Media parroquia Santa Lucía Darío