“Sígueme”, el llamado del Señor a jóvenes de Confirmación. Monseñor Rolando Alvarez

“Sígueme”, es el llamado que hace Jesús a los jóvenes que recibieron el sacramento de la Confirmación, al atardecer del sábado 20 de febrero, en la parroquia Santa María de Guadalupe, Matagalpa, explicó Monseñor Rolando José Alvarez, durante la homilía.

Después de la Iglesia Catedral, esta es la segunda parroquia en que el Prelado administra este sacramento durante la pandemia de la COVID-19, que ha flagelado a la humanidad y que en Nicaragua también ha provocado mucho dolor, por lo tanto las celebraciones siguen un estricto protocolo para evitar la propagación del virus.

En su mensaje e iluminado por el Evangelio del día, el Obispo explicó a los 37 confirmados que Jesús les dice: “Sígueme”, al igual que lo hace con Leví, el cobrador de impuesto que aparece en el Evangelio del día, “y se preguntarán seguir a Cristo ¿Para qué? Para anunciarle, para proclamarle, para ser buenos católicos, para que se confiesen, no una vez al año, siempre que cometan pecado mortal, siempre, significa que vengan a la Misa, los jueves, los domingos, días de fiesta, y si pueden diario”.

“Pero ese sígueme también es para vivirlo en la vida diaria, en la escuela, en el trabajo… Que ustedes a lo largo de la vida aunque vayan creciendo y siendo adultos, ahí vayan fortaleciéndose y siendo más buenos. Que nunca alguien vaya a recibir, Dios nos libre, un daño de ustedes, que siempre los demás reciban una bondad. A mí me gusta siempre decir, que al llegar al final de cada día todos los cristianos deberíamos preguntarnos: ¿Hoy, qué bien hice?”.

“Deberíamos considerar como día perdido, cuando no se hace un bien a alguien, a veces se hace un bien a una persona cuando se le escucha, cuando se le sonríe, aunque con las mascarillas ahora no se nota la sonrisa. Vean que si se pueden hacer bondades a las personas”, indicó.

Último sígueme:

Monseñor Alvarez, prosiguió mencionando que el último “Sígueme” del Señor será el día de la muerte. “Si ustedes, todos los días van escuchando el sígueme de Jesús, ustedes el día de su muerte van a estar acostumbrados y lo escucharán, porque se habituaron a seguirle, entonces esa voz la tendrán en el corazón, y ese llamado será más natural”.

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Asimismo expresó qué hay muchas razones del porqué a una persona a la hora de su muerte le cuesta escuchar el llamado, pero una de esas muchas que sólo Dios sabe, puede ser que hay hermanos y hermanas que no se habituaron a escuchar esa voz del Señor que dice: Sígueme, y tampoco estaban habituados a decir: Si, cada día, te seguiré a donde vayas Señor. “Es importante escuchar cada día esa voz del Señor y seguirlo”.

Finalmente dejó a los muchachos la tarea de hacer en sus casas un letrero que diga: “Sígueme”, pegarlo en la pared frente a su cama, para que todo los días que abran los ojos la primera palabra que escuchen sea la de Jesús que les llama.

Redacción y fotografías: Manuel Antonio Obando Cortedano.