La oración nos lleva a la transfiguración, recuerda el Padre Ramiro Tijerino

En su mensaje el ll domingo de cuaresma, el padre Ramiro Tijerino, administrador de la parroquia San Juan Bautista en Matagalpa, resaltó que, “la oración nos lleva a la transfiguración y debe ser como el aire y no como un requisito”.

El ll domingo de cuaresma siempre se dedica a la teofanía o domingo de la transfiguración, una experiencia maravillosa en la vida del Señor. Los tres evangelios sinópticos San Marcos, Mateo y Lucas narran este pasaje.

Al subir al monte como lo narra el evangelio, “Jesús sube para hacer oración, la oración tiene que ser como parte de nuestra vida, la oración debe ser como nuestra comida… como el agua, como el aire. Sin agua, sin aire, sin comida nos morimos”, indicó el Presbítero Tijerino.

¿Qué es la oración?

Invitó a los fieles a preguntarse, ¿qué es orar? agregando que, “Orar es dialogar, pero en realidad orar es un encuentro, es decir que si yo hago de mi vida una oración entonces yo me estoy encontrando con Dios a cada momento, porque él está ahí con nosotros a cada momento”.

El encuentro con el Señor invita a un cambio de vida a un encuentro íntimo, pero en el camino hay tropiezos que la oración ayudará a vencer. Porque cuando se ama al Señor no importa el sacrificio.

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Cuando se da la transfiguración las vestiduras de Jesús resplandecen “y es ahí cuando nos damos cuenta si oramos o no, porque ese encuentro con el Señor nos tiene que transformar, transfigurar y que se note al llegar casa. No podemos llegar a misa y salir igual, aquí venimos a transfigurarnos todos nosotros”, agregó el Padre Ramiro.

Siguiendo la línea del evangelio el padre Ramiro dijo que: “La oración no es una cuestión de momentos o episodios en mi vida”, porque la experiencia que “debemos tener es con un Cristo crucificado” y citando a San Pablo dice que, “San Pablo estaba escribiendo con lágrimas esta carta, que dice: hay muchos que viven como enemigos de la cruz y que significa eso, es querer una vida sin sufrimiento sin dolor un cristianismo suave, sin dolor.

La Cruz es transfiguración:

Porque cuando se ama “la cruz no me pesa tanto, si yo amo al Señor ese sufrimiento se vuelve redentor en mi vida, entonces ese es el verdadero momento de la oración, lo que nos transfigura mis hermanos es nuestro camino al calvario, porque la cruz de Cristo nos da vida”, finalizó el Presbítero Ramiro Tijerino.

Redacción: Ana Felicita Ramos Arauz

Diócesis Media Parroquia San Juan Bautista-Matagalpa.