“Tu Cruz sigue firme y nuestra fe también”, Comunicado Consejo Presbiteral y Clero Diócesis de Matagalpa

“Tu Cruz sigue firme y nuestra fe también”, es el comunicado emitido por el Consejo Presbiteral, Clero de la Diócesis de Matagalpa, el 4 de agosto, donde manifiestan el dolor tras el atentado en la capilla Sangre de Cristo ubicada en la Catedral Metropolitana de Managua, muestran su cercanía al Cardenal Leopoldo Brenes, sacerdotes, religiosos y fieles de la Arquidiócesis; asimismo hacen un llamado a la conciliación y consenso nacional.

En el primer y segundo punto afirman:

“Dios Padre amó tanto al mundo que envió a su Hijo para salvarnos (cf. Jn 3,16). La sangre de Cristo, que se ofreció a Dios por el Espíritu eterno como víctima sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras de muerte, para que sirvamos al Dios vivo (cf. Hb 9,14). Ahora, en Cristo Jesús y por su sangre, ustedes que estaban lejos han venido a estar cerca (cf. Ef 2,13), porque Jesús es el mediador de la Nueva Alianza (cf. Hb 12,24)”.

“Durante la conquista de América, además del testimonio de obispos y sacerdotes mártires como Fray Antonio de Valdivieso, que dieron su vida en defensa de los indígenas, la imagen y el rostro de Cristo crucificado fue la razón más importante para que los indígenas le abrieran su corazón a Jesús, porque lo sentían parecido a ellos en el sufrimiento”.

Imagen de la Sangre de Cristo, refugio de multitudes:

En el tercer y cuarto punto han recordado que la imagen de la Sangre de Cristo fue traída de Guatemala a Managua en 1638, y “en estos 382 años se fue convirtiendo en un ícono de la fe cristiana, símbolo del pueblo católico nicaragüense y refugio de multitudes de peregrinos”.

“El día viernes 31 de julio del corriente, se lanzó un objeto de fuerza destructiva que provocó un incendio que destruyó el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y la Sagrada Imagen de la Sangre de Cristo. Este lamentable hecho ha lastimado a la Iglesia Católica nicaragüense, a muchos cristianos no católicos, a personas de buena voluntad y ha escandalizado a la comunidad internacional”, lamentan los sacerdotes.

También reiteran que “No fue un accidente sino un acto de terror planeado, calculado y perpetrado para lastimar y amedrentar a la Iglesia y a la sociedad nicaragüense. Este crimen ofende a Cristo, la fe, la cultura, la historia, la inteligencia, la decencia y los valores más profundos del alma nicaragüense y mundial. El pueblo de Nicaragua se siente profundamente lastimado, ofendido, apesarado e indignado por esta flagrante barbaridad”.

No es un hecho aislado:

En el comunicado se refieren a los sacrilegios y daños contra la Iglesia, que se intensifican cada vez más: “No es un hecho aislado sino parte de eventos contra la Iglesia y el pueblo de Nicaragua. Días antes y después se vienen dando profanaciones a nuestros templos”.

“Expresamos nuestra más profunda cercanía, cariño, amistad y oraciones a Su Eminencia Cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, Arzobispo Metropolitano, a nuestros hermanos sacerdotes del clero arquidiocesano, religiosos, religiosas y fieles de la Arquidiócesis de Managua”.

“Exhortamos al pueblo de Dios a no dejarnos provocar y caer en una espiral de violencia que justifique más actos de esta naturaleza y a elevar súplicas al Cielo en desagravio, rogar por la conversión de los pecadores y sanación de los corazones, y ser fortalecidos para la incesante tarea de la evangelización a la que no vamos a renunciar, porque nada podrá apartarnos del amor de Cristo”.

Finalmente hacen un llamado a la conciliación y consenso nacional, “para que juntos busquemos soluciones a las crisis que nos afectan a todos”. Y suplican Que la Purísima Virgen María “nos proteja y consuele en este momento de dolor”.

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A pesar del incendio la Cruz que sostiene la venerada imagen se mantiene en pie, esto el pueblo lo ha interpretado como el signo de que Cristo está siempre a lado de sus hijos y sufre con ellos.

Redacción: Manuel Antonio Obando Cortedano.

Diócesis Media.