El presbítero Uriel Vallejos, de la parroquia Divina Misericordia en Sébaco, manifestó en su homilía del domingo 22 de noviembre día que la iglesia celebró la solemnidad de Cristo Rey del Universo, que las bienaventuranzas son para todas las criaturas, ser humano racional, el sello indeleble de toda criatura que han recibido de Dios y el hijo único del Padre es quien la ha dado, “por lo tanto, es de practicarlas, llevarlas a la praxis en la cotidianidad del diario vivir”.
“La gran preocupación de Madre Teresa de Calcuta hoy Santa Teresa de Calcuta en el libro de la noche oscura que interroga y cuestiona a Dios es: ¿Porqué tanta maldad en el mundo? ¡no te veo Señor!, ¡no entiendo!, ¿dónde estás?, y lo único que ella encuentra en el corazón es la respuesta de amor, ¡tengo sed!, y esa sed, ese vaso de agua, eran aquellos que necesitan de nosotros, al final vamos a tener la recompensa de Dios”, añadió.
Recordó que Jesús se identifica con los pobres, con los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados, “cada vez que lo hiciste con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hiciste”.
Bienaventuranzas en el corazón del hombre:
“Las bienaventuranzas tienen que estar grabadas en el corazón de cada uno de ustedes, porque un día vas a servir a esta sociedad y tienes que desgastarte, tienes que desgastar tu vida sin ningún interés, sin escatimar esfuerzos, energía, para que el otro tenga vida, tenga el otro su dignidad, tenga el otro lo que tiene y debe de tener. Viene hoy Jesús y nos presenta el decálogo, las bienaventuranzas, viene a decirnos a nosotros: Ustedes tienen que amar con amor desinteresado, un amor entregado, un amor generoso y tienen que grabarse eso en sus corazones, y al final seremos juzgados por el amor” explicó.
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Finalizó pidiendo a Jesús Rey del universo que ilumine y que sea el centro en la vida de cada ser humano, familia, sociedad y de la iglesia.
Redacción: Alexandra Chavarría.
Diócesis Media, parroquia Divina Misericordia en Sébaco.