“Peregrina, misionera, es la Iglesia en marcha, lo que para el verdadero cristiano es tomar su cruz cada día, llevarla a cuesta, siguiendo a Jesús, sintiendo la palabra como fuego ardiente que no deja perder la identidad como hijos de Dios”, expresó el padre Sebastián López en el Santa Eucaristía que celebró el domingo 30 de agosto, en la parroquia San Juan Pablo ll, Villa Chagüitillo.
También manifestó que para la iglesia en general es esencial vivir sin apegos, anunciar el Evangelio por excelencia y denunciar las injusticias. De igual manera recalcó que los injustos especialmente en estos tiempos no quieren escuchar palabras como: Justicia y Verdad, para ellos es más importante callar, oprimir a quiénes estén en contra de sus criterios. «Los poderosos de este mundo le mandan a cortar la cabeza, al igual que a Juan el Bautista a quien se ponga a denunciar las injusticias , la opresión, hoy ya no es nuevo para nosotros anunciar una Iglesia perseguida, mártir”, dijo.
Reflexionar sobre la Palabra, la autenticidad y los cristianos:
«La palabra de Dios es tan contraria a los criterios del mundo que ocasiona persecución al que la pregona con autenticidad, el cristiano debe ofrecer sus propias vidas como un sacrificio razonable y consciente, presentar sus cuerpos como verdaderas hostias vivas, santas, agradables a Dios, transformados por la renovación de la mente , para poder discernir lo que es bueno, loque agrada al Señor», expresó.
«Los primeros cristianos convertidos hablan con una potestad, realidad, convencidos de seguir a un Dios real, verdadero, vivo. Incluso el profeta Jeremías es muestra de esta fe: Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me venciste. Yo era motivo de risa todo el día, todos se burlaban de mí. Sí hablo es a gritos, clamando ¡violencia y destrucción!, la palabra del Señor se me volvió insulto y burlas constantes, y me dije: No me acordaré de él, no hablaré más de su Nombre. Pero sentía dentro como fuego ardiente encerrado en los huesos: Hacía esfuerzos por contenerla y no podia» manifestó.
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Concluyó su homilía expresando que el cristiano ha tocado con sus propias manos esta realidad, siendo probada la fe de la que están hechos. «Ante esto es importante no entristecernos, es valorar si ¿hemos sido capaces de dar la cara? ¿nos escondemos? ¿negamos ser cristianos? Con un alma sedienta de Dios somos llamados a ser una Iglesia no acomodada, aunque el evangelio se nos vuelva signo de insultos , burlas, la Iglesia necesita tomar su cruz con más fuerza, renunciando a lo que es grato para el mundo» finalizó.
Redacción: Pastora Ramírez.
Parroquia San Juan Pablo ll.