El Jueves 30 de Junio, de la XIII Semana del Tiempo Ordinario, el Presbítero Vicente Martínez, párroco de la Parroquia Santa Lucía, Darío, centró su mensaje en el pasaje del Evangelio que narra la parábola del Paralítico donde recordó que a veces los fieles van por la vida llenos de enfermedades pasando desapercibidos que lo esencial en la vida, es la relación con Dios.
«Jesús mira al paralítico y le dice: Tus pecados te son perdonados, en estos tiempos hay gente que dice, yo no te perdono, que te perdone Dios, lamentablemente aún no hemos entendido que cuando uno perdona al enemigo o aquella persona que te ha hecho daño, te liberas y liberamos al otro porque amar implica perdonar», manifestó el Padre Vicente.
La peor trampa del demonio para el ser humano es pensar que el perdón solo es de Dios:
«A veces creemos que el perdón es sólo de Dios, el perdón es sólo para los santos o que sólo es para las personas buenas, hermanos el perdón es un don de Dios y las personas que se han encontrado con Dios son capaz de perdonar, si usted no se ha encontrado con el Señor cerrará su corazón al odio, al resentimiento, a los sentimientos que sólo daños causan», recordó el padre Martínez.
Ante esto manifestó que la enfermedad del cuerpo la pueden sanar un médico con una operación, pero que quién cura las enfermedades del alma, las heridas interiores que se guardan de joven o de adolescente, solo el Señor puede hacerlo.
Jesús anima a compartir las maravillas de la fe:
Más adelante dijo que Jesús anima a compartir las maravillas de la fe en la familia, en el trabajo, en los centros de estudio del campo en la ciudad: «Nosotros tenemos que ir a contarle al mundo las maravillas del Señor, la fe no se puede encerrar en cuatro paredes, tenemos que ir a expresarla, tenemos que ir a decirle al mundo que el amor de Dios está vivo».
El poder que Dios otorga al hombre no es para que haga el mal, es para que haga el bien:
«Mucha gente dice yo tengo poder para aplastar la cabeza del enemigo; nunca creamos que el poder que Dios le da a un hombre en la tierra es para quemarte, es para que meter presa a la gente, es para oprimir al pueblo, es para que encarcelar, no, el poder que Dios da, es para levantar al que está caído», dijo el padre Vicente.
En este sentido dijo que el perdón y misericordia de Dios es para todo, por lo tanto si alguien cree que el poder es para pisotear está muy equivocado: «El poder que Dios concede es para hacer el bien a los enfermos, resucitar a los muertos, limpiar a los leprosos y dar sobretodo palabras de aliento a aquellas personas que la han perdido», finalizó el Padre Vicente Martínez.
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Redacción: Zenelia Cordero Martínez
Diócesis Media Parroquia Santa Lucía, Darío.