“San Francisco de Asís fue un hombre de testimonio, un instrumento de Paz, fue un hombre que con su Sencillez, Humildad y su presencia convirtió a multitudes, el hombre que cambió el mundo, no con la guerra, sino con amor, porque con amor cambian las cosas”, expresó Fray Silvio Elías, en la Eucaristía que celebró la mañana del 4 de octubre, Solemnidad de San Francisco de Asís en la parroquia Inmaculado Corazón de María-Iglesia San José, Matagalpa.
“El llamado que le hace el Señor para que sea un instrumento para cambiar la sociedad fue donde comienza a cambiar él. Cuando el mundo esté mal conviértete tú y habrá un pícaro menos”. También Francisco fue un instrumento para cambiar la Iglesia, es donde el Crucifijo de San Damián le habla: “Repara mi Iglesia que está en Ruinas”, y empieza fundar el movimiento espiritual cristiano que es centrado en el amor a Dios, amor al prójimo, a la pobreza, a Jesús Crucificado sembrando Paz y Fraternidad.
También manifestó que “Francisco fue un hombre radical en sus decisiones, comienza cambiando él, cambia sus vestiduras de trajes, de seda a su traje de campesino, él sí al Señor consistió en el desprendimiento, y al convertirse sintió insatisfacción por las cosas del mundo, esa es la muestra de un hombre de Dios, una auténtica conversión”.
De igual manera recalcó que San Francisco de Asís tenía tres amores:
Amor a la pobreza en que nació el Redentor en Belén: Francisco lloraba al recordar en las circunstancias que nació el niño Jesús, por eso ahí crea el primer nacimiento para que los fieles recuerden la manera que nació Jesús.
Amor a la Eucaristía: Francisco estaba convencido del que come de su Carne y bebe de su Sangre tendrá vida eterna, así como su amor a sus sacerdotes porque sus manos nos traen a Jesús Eucaristía.
Amor a la Pasión de Jesucristo: Francisco le pidió los sufrimiento que padeció en la Cruz, quería sufrir con él y le pedía una vida larga y de sufrimiento porque quería sufrir con el crucificado y es ahí donde le regala las llagas reales y dolorosas.
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Concluyó su homilía expresando: “Francisco un hombre de soledad, de oración, servidor porque servía con amor, oraba con amor; sigamos a este hombre que no dio discurso pero dio el mejor testimonio de cambiar su vida al Evangelio, sigamos las huellas del caudillo enamorado”.
Redacción: Eleazar Herrera
Diócesis Media, Parroquia Inmaculado Corazón de María.