¡Una dieta balanceada equivale a niños sanos!

Para que un niño crezca sano, desde Diócesis Media, Iglesia y Salud, recomendamos las siguientes sugerencias básicas para una dieta balanceada:

Incluya frutas y verduras en la rutina diaria, tratando de servir un mínimo de cinco porciones diarias. Asegúrese de servir frutas y verduras en todas las comidas.

Facilite que el niño elija refrigerios saludables, teniendo a mano frutas y verduras listas para comer. Otros refrigerios saludables son el yogur, los tallos de apio con mantequilla de maní o las galletas integrales con queso.
Sirva carnes desgrasadas y otras buenas fuentes de proteína, como el pescado, los huevos y las frutas secas.

Compre panes integrales y cereales, para que el niño ingiera más fibra. Limite el consumo de la grasa, evitando las comidas fritas y cocinando los alimentos en el horno, en la parrilla o al vapor. Elija productos lácteos de bajo contenido graso o descremados.

Limite las comidas en restaurantes rápidos y los refrigerios poco nutritivos, como las papas fritas y los dulces. No los elimine por completo de su casa, pero ofrézcalos “de vez en cuando” para que el niño no se sienta privado de ellos.

Limite las bebidas dulces, como las gaseosas y las que presentan sabor a frutas, en cambios, sirva agua y leche descremada.

La pirámide de una buena dieta equilibrada para los niños.

  1. Consumo básico
    En la base de la pirámide se encuentran los alimentos que debemos consumir a diario como cereales, patatas, verduras, hortalizas, semillas, frutas, leche, proteínas, derivados de la leche y aceite de oliva.
  2. Consumo alterno
    En el escalón central se sitúan los alimentos que debemos ingerir varias veces por semana (no cada día) como legumbres, frutos secos, pescados, huevos y carnes magras.
  3. Consumo ocasional
    En la cúspide de la pirámide los alimentos de consumo ocasional son los azúcares, los refrescos, las grasas y las carnes rojas.

Una buena nutrición y una dieta balanceada ayudan a que los niños crezcan saludables.

No importa si su hijo es un niño pequeño o un adolescente, usted puede tomar las medidas necesarias para mejorar su nutrición y formar buenos hábitos alimenticios.

Las cinco mejores estrategias son éstas:

1- Establecer un horario regular para las comidas en familia.

2- Servir una variedad de alimentos y refrigerios saludables.

3- Darle un buen ejemplo siguiendo una dieta nutritiva.

4- Evitar las peleas por la comida.

5- Involucrar a los niños en el proceso.

La infancia es una de las etapas más importantes de nuestro desarrollo y proporcionar una alimentación saludable para niños y adolescentes es importante para que todo vaya bien.

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¿Cómo conseguirlo?

Con una dieta variada y equilibrada, adaptada a las necesidades del niño en cada una de sus etapas.

Una dieta variada y nutritiva para el niño y los buenos hábitos alimenticios son esenciales para el crecimiento y un desarrollo saludable.

Dr. Eddy Camacho Borge.
Especialista en Pediatría.