Alerta Cardíaca por Covid-19

El estado de alarma se apoderó de los nicaragüenses en Marzo de 2020 con la llegada de la pandemia de COVID-19 al país; incertidumbre, miedo, angustia, asombro de ver en medios de comunicación los misteriosos casos de personas que caían desvanecidos repentinamente en la calle en varios puntos del país. Prontamente estos hechos se asociaron a COVID-19, sin embargo, en etapas tempranas del descubrimiento de la enfermedad no se tenía mucha información sobre su posible asociación.

El virus SARS-COV2 causante de COVID-19 no ha dado tregua a ningún sistema del cuerpo humano, pues se conocen afecciones en los aparatos: Respiratorios, digestivo, sistema neurológico, piel, sistema cardiovascular, entre otros.

Los pacientes con factores de riesgo cardiovascular, enfermedades cardiovasculares y/o cerebrovasculares son vulnerables ante los efectos severos de la COVID-19. Hoy los casos de muerte súbita asociada a esta enfermedad son un hecho inminente y con tendencia al aumento en el mundo. La dificultad para el acceso a los sistemas de salud, el colapso en centros médicos, el miedo y riesgo de los testigos que presencian dichos eventos en la calle por contraer la enfermedad hacen que los casos estén aumentando.

La exagerada automedicación con hidroxicloroquina, cloroquina y azitromicina, sin motivo o evidencia científica comprobada, por parte de la población sin supervisión médica ha ocasionado afectaciones cardíacas mortales prevenibles con el simple hecho de No tomar dichos medicamentos.

La razón por la que el virus produce afectación cardíaca se debe a la hipoxia, o falta de oxígeno en la sangre, inicialmente provocada por el compromiso respiratorio. Un tejido sin el correcto aporte de oxígeno sufre cambios que de no ser revertidos a tiempo pueden provocar daño celular irreparable, muerte celular y fallo multiorgánico.

En el corazón estos cambios conllevan a inflamación y disfunción del músculo del corazón (miocardio), insuficiencia cardíaca, arritmias ventriculares, parada cardíaca o muerte súbita. Cambios que podrían ser evitados a tiempo en la mayoría de los casos, si el paciente tuviera contacto médico precoz para ser evaluado de acuerdo a sus características demográficas y factores de riesgo con un abordaje y tratamiento adecuado.

Si eres paciente con riesgo cardíaco o enfermedad cardiovascular diagnosticada debes tomar y extremar todas las medidas de prevención adecuadas para evitar contagiarte. Debes continuar tu tratamiento de base sin modificaciones que no sean prescritas por tu médico.

En situaciones de emergencia en las que una persona que sea testigo de algún caso de desvanecimiento repentino en la calle y se sospeche COVID-19, se puede socorrer siempre y cuando se tomen las medidas de prevención adecuadas:

-Llamar de inmediato a un servicio de ambulancia con atención médica.

Si te acercas a la persona que ha sufrido el evento debes: Utilizar mascarilla que cubra nariz y boca. De ser posible hay que colocar mascarilla a la víctima.

-Utilizar careta facial.

-Si sabes realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar deberás iniciarlas únicamente con las manos.

Al llegar a tu casa deberás:

-Lavar tus manos tus manos con agua y jabón con la técnica correcta por al menos cuarenta segundos.

-Retirar tu ropa y dejarla en un recipiente con detergente o agua y jabón con espuma.

-Lavar tus manos nuevamente antes y después de retirar tu equipo de protección, asegúrate de desechar la mascarilla si es desechable o lavarla si es de tela. La careta facial puedes desinfectarla con agua y jabón.

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-Darte un baño.

Sabemos que todo este protocolo resulta difícil pero no imposible de realizar. Piensa que puedes salvar la vida de esta persona que cae abruptamente. Tu pronta acción ante estos casos hace la diferencia entre la vida y la muerte.

Dra. Magaly Alvarez Porras
Médico General