La diabetes es una enfermedad metabólica crónica, caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre (o azúcar en sangre). Se asocia con una deficiencia absoluta o relativa de la producción y/o de la acción de la insulina la cual es producida por el Páncreas. Con el tiempo, la diabetes conduce a daños graves en el corazón, vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios.
Hay tres tipos principales de diabetes. La más común es la diabetes tipo 2, representa del 85% al 90% de los casos y se manifiesta generalmente en adultos mayores de 30 años, cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina o no produce suficiente insulina. Se relaciona con factores de riesgo modificables como la obesidad o el sobrepeso, la inactividad física, y las dietas con alto contenido calórico de bajo valor nutricional.
La diabetes tipo 1, que es la que se presenta en personas menores de 30 años de edad y la diabetes gestacional se presenta durante el embarazo la cual tiende a ¨desaparecer¨ después del parto, sin embargo un alto porcentaje tiende a desarrollarla en años posteriores o permanecer diabética.
Para las personas que viven con diabetes, el acceso a un tratamiento es fundamental para su supervivencia
Se estima que 62 millones de personas en las Américas tienen diabetes tipo 2, tanto el número de casos como la prevalencia de la misma, han aumentado de manera constante durante las últimas décadas. Existe un objetivo acordado a nivel mundial para detener el aumento de la diabetes y la obesidad para 2025.
Complicaciones crónicas en las personas diabéticas no controladas:
• Pérdida de la visión o ceguera.
• Daño en los riñones o insuficiencia renal.
• Dolor y daños a los nervios.
• Enfermedad cardiaca y de los vasos sanguíneos.
• Hipertensión arterial.
• Problemas dentales.
• Problemas en las manos.
• Problemas en los pies.
Para evitar estas complicaciones es necesario:
• Mantener una dieta balanceada.
• No Fumar.
• Control de presión Arterial.
• Control de peso.
• Ejercicio físico.
• Exámenes preventivos regulares.
• Mantener glicemias en ayuna entre 70 y 125 mg/dl, y glicemias 2 horas después de las comidas menor de 180 mg/dl.
• Buen apego al tratamiento.
En relación a la dieta del paciente diabético tome en cuenta lo siguiente:
• Se aconseja cocinar los alimentos de forma sencilla: a la plancha, cocidos o al vapor, evitando guisos, salsas, sopas grasas, rellenos, carnes empanadas, etc. No use dos veces el mismo aceite para freír.
• Disminuya el consumo de grasas en las comidas. Las grasas más perjudiciales son las de origen animal (manteca, carnes rojas, embutidos, yema de huevo, nata) y algunas de origen vegetal (aceite de cacahuete, coco y palma), que suelen utilizarse en bollería. Retire en crudo la grasa de la carne y la piel del pollo.
• El alcohol no está prohibido, pero aporta calorías innecesarias. No tome licores. Puede acompañar la comida con un vaso de vino al día (si no se lo desaconsejan por otra razón). La cerveza, con o sin alcohol, tiene azúcares y muchas calorías.
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Nunca olvide: No debe automedicarse, sino acudir donde el médico y jamás sustituya el tratamiento médico por la medicina natural.
Dr. Rolando Loáisiga Ruiz
Especialista en Medicina de Emergencia.
Colaboración a Diócesis Media Iglesia y Salud.